En el mundo de las empresas, renovarse siempre es una necesidad, ya que no es dejar atrás todos los logros que sean obtenido, se trata más bien de lograr usar todo estos logros previos para ir más allá, avanzar, mejorar y conseguir que la empresa crezca de forma significativa. En la historia muchas renovaciones de empresa han dado resultado, ya sea cambiando su logo principal completamente, como por ejemplo algunas instituciones bancarias, o dándole otro nombre a la empresa.
Adiós Google, bienvenido seas Alphabet
Claro que, también se han visto casos en donde estos cambios no resultan nada bien, aunque este no es el caso de lo que se espera para este cambio que para algunos usuarios les será difícil recibir a causa de la fuerza la costumbre, se trata de la decisión de la enorme compañía Google, la cual anuncio que cambiaría su nombre e identidad corporativa, es decir, que a partir del 05 de octubre comenzaremos a llamar a Google como Alphabet.
Previamente esta noticia se había anunciado o más bien se había dando indicios de que ocurrirá este cambio, desde el paso mes de agosto la compañía Google ya tenía planes anunciados para una re-estructuración, entre esos planes se menciono el cambio de nombre, pero podes observar que ya llego la hora de hacerlo oficial.
Estructura organizativa de Alphabet
Esta medida se ha dado a raíz de algunos inversores insatisfechos, algunas oportunidad que se han dado que solo han generado grandes costos sin generar a cambio algún beneficio financiero, esto es un golpe mortal para cualquier compañía, ya que si no se toman medidas prontas y asertivas todo podría derrumbarse en cuestión de segundos.
El caso de los inversores involucrados es que por supuesto al invertir obtener alguna ganancia, los que lo hicieron en Google esperaban más allá de eso, pretendida sacar provecho de la enorme capacidad lucrativa que la empresa posee. La compañía busca continuar disfrutando de la liquidez de los mercados públicos además de mantenerse como una potencia y luchar por los beneficios que obtienen al estar en el poder del público.